Los implantes consisten en dispositivos de titanio (por lo general) que se colocan en las encías de pacientes que por una u otra causa (traumatismo, periodontitis, osteoporosis, diabetes, entre otras) han perdido su dentadura natural.
Esos dientes artificiales se integran de forma natural y sana con los demás dientes, de forma que es muy difícil notar la diferencia entre uno y otro diente.
Cuando un paciente tiene poco hueso en su dentadura y se desea colocar implantes es algo más complejo, pues se deben hacer procedimientos previos como injertos de hueso, elevación del suelo nasal, aumento del seno maxilar u otras técnicas de regeneración ósea. Todo dependerá de las características específicas de cada paciente. Si estos procedimientos previos se realizan de forma satisfactoria, se podrá proceder a colocar los implantes.
¿Para quiénes está indicado los implantes con poco hueso?
La implantología es un procedimiento que requiere cirugía, de manera que es indispensable que el odontólogo especialista en implantología haga un estudio exhaustivo de las condiciones específicas de cada paciente para analizar la factibilidad de colocar implantes con poco hueso. Se recomienda acudir al dentista de confianza si se desea realizar un procedimiento de este tipo.
Ventajas de los implantes con poco hueso
Entre las ventajas de los implantes con poco hueso destacan:
- Los implantes con poco hueso devuelven al paciente la funcionalidad de la mordida y sin duda le dan una sonrisa mucho más estética.
- Es una solución eficaz, segura y que durará por mucho tiempo.
- Los implantes con poco hueso son casi idénticos a los demás dientes, de manera que no se notarán y por ende, no tendrá ningún impacto negativo en la estética dental, todo lo contrario.
- Según estudios previos por especialistas en implantología, la tasa de éxito de este tipo de procedimiento “implantes dentales con poco hueso” es de más del 95%.